Blockbuster: Lo que va de la década
Como en los viejos tiempos: un paseo por las góndolas y lo que nos ofrecen. Ahora vamos recorriendo el tiempo, las décadas y las mejores películas. Hoy: la década del 2020.
Reformulamos este formato porque no hay fin más noble que compartir películas. Podemos hablar de cualquier tema pero siempre la finalidad última de esto es que vean películas, que las descubran, que las disfruten o las odien. Algunos detalles de estas nuevas entregas:
Vamos por décadas, o quizás por lustros.
Por gusto propio, de base, se remarcará una película animada y una argentina sí o sí por año, de ahí se sumarán las que sea necesario destacar.
Mientras más recientes, más gusto personal, más difícil analizar y ser objetivo con algo que movilizó la semana pasada.
Intentaré indicar en donde se puede ver de manera legal pero habiliten ponerse el parche y piratear. Tema para otro newsletter pero así se salva y democratiza la cultura.
La elección de cada película va a variar en su motivo. A veces será porque es la mejor, a veces porque es la que más me gusta, a veces por su importancia cultural, a veces porque el tema que toca vale la pena. Un poquito de todo.
Ahora sí empezamos…
2020-2024: Aquí Estamos
Voy en retroceso. Ya deben estar cansados de escuchar que les recomiende las mismas películas del año pasado pero bueno, hay que hablar del año pasado. Por el lado argentino, en lo que está siendo una gran década para nuestro cine, vuelvo a recomendar que vean El Jockey (Luis Ortega, Disney+), cuyo valor se encuentra en ser un juego total, una mezcla de géneros, ideas e inspiraciones cuya unión termina siendo muy innovadora y argentina. Por el lado animado imposible no seguir hablando de Flow (Gints Zilbalodis, cines o pirata), no solo por ser una película independiente con un guión de trece páginas y animado por una aplicación gratuita, ni siquiera por estar hecha en un país sin tradición fílmica internacional como Letonia, ni siquiera porque su historia, que no posee diálogos, sea hermosa, conmovedora, angustiante y esperanzadora, sino solo la recomiendo por el simple y hermoso hecho que su protagonista, un gato, me recuerda a mi gato. Motivo más que válido. Como películas destacables quiero seguir citando A Real Pain (Jesse Eisenberg, pirateen), una película chiquita, delicada, muy tierna y muy profunda, una descripción del dolor, de cómo manifestarlo y de cómo curarlo.
El año pasado, año en el que nuestra cultura recibió los peores ataques desde quien tiene que promocionarla y apoyarla, fue uno de los mayores despliegues de nuestro cine en el mundo. Trenque Lauquen (Laura Citarella, MAX) fue elegida por la revista especializada en cine francesa, Cahiers Du Cinema, como la mejor película del año y Cuando Acecha la Maldad (Demian Rugna, Netflix), mi película favorita del año, ganó el Festival de Sitges, especializado en cine de terror y fantástico. Argentina llegando a la cúspide del éxito cinematográfico mientras internamente es destruido e insultado. Pero volviendo a cosas más lindas, también fue un gran año para la animación. Quiero destacar una, quizás no la más popular, la más original o la más trascendental pero si una puerta de entrada a unos personajes históricos y a una nueva forma de contar que el cine animado recibió de brazos abiertos: Tortugas Ninja: Caos Mutante (Jeff Rowe, Netflix) es una película muy divertida y muy importante para entrar en estos personajes que pisan fuerte siempre que aparecen. Por último podría destacar mil películas en un gran año de propuestas originales y hermosas, me quedo con una que esperaba poco pero me llego al corazon: The Holdovers (Alexander Payne, MAX), una película sobre los que se quedan, los rezagados, el amor que se encuentra entre ellos y cómo compartir la vida con otros, que pelicula hermosa, destinada a clásico.
Año 2022. Gran año para el cine. Empezando por casa, una película nuestra volvió a la plana mayor al ser nominada y perder injustamente el Oscar. No es otra que una de visualizado obligatorio en la semana de un nuevo aniversario por el Dia de La Memoria, una que relata el juicio a las juntas que comandaron la última Dictadura Cívico-Militar y que además es un peliculón: Argentina, 1985 (Santiago Mitre, Prime Video). Por el lado de la animación hay dos cosas muy distintas que destacar. Por una lado la reversión de Guillermo Del Toro de esa mágica historia conocida gracias a Disney: Pinocchio (Netflix), hermosa stop motion, muy cruda en su contexto histórico y muy mágica en cómo cuenta una historia tan bella y compleja. Por otro lado una sorpresa, sorpresón mejor dicho: El Gato con Botas: El Último Deseo (Joel Crawford, Prime Video), la secuela de esa película muy floja e intrascendente que se desprende de Shrek. Una aventura tan clásica y familiar pero con un trasfondo tan duro y real que angustia y emociona. Y cómo no nombrar al mejor villano de los últimos años. Sigamos, muchas películas para recomendar este año. Primero una que por su despliegue tendría que estar en el Olimpo del cine: Babylon (Damian Chazelle, Netflix) es una obra de arte, un despliegue cinéfilo, una carta de amor al cine y a quienes lo formaron con sus talentos, sus tragedias, sus gracias y sus oscuridades. Denle bola a Babylon que es cosa seria. Otra película es la confirmación de una visión, de una forma, de un cine propio de un autor moderno: Jordan Peele es uno de los exponentes del Nuevo Cine de Terror, denominación propia para un par de cineastas que merecen un newsletter aparte cada uno. Nope (Netflix), su tercera película, es la confirmación de un éxito. Una lectura del cine actual bañada en el género del terror extraterrestre y realizada con un amor al cine increíble. Difícil de entrar pero una vez vista te da vueltas en la cabeza por mucho tiempo. Por último quiero cerrar con la que hoy es una de mis películas favoritas. Un ejemplo de que el cine tiene muchas formas de interpelar a su espectador. The Banshees of Inisherin (Martin McDonagh, Disney+) es una película que en su momento me cautivó por su forma y hoy por lo que cuenta: hay algo en esa historia de dos amigos que, de un dia para el otro, uno no quiere ver mas al otra. Hay algo en ese desencuentro que hoy me interpela de una manera hermosa y diferente a su primer visionado. El poder del cine, gente.
Volvimos a la Pandemia. Cines cerrados, mucha plataforma. Por ejemplo, la película nacional que quiero destacar es una que encontró en el on demand una forma de existir. Finde (Nano Garay Santaló, busquenla) es una hermosa combinación entre un terror tan lindo y un humor tan ácido que no puede fallar. El cine de animación encontró este año la confirmación de la renovación en su lenguaje: The Mitchell Vs. The Machines (Mike Rianda, Netflix) marcó el camino para esas películas que por fuera de Disney y Pixar reafirman las posibilidades del lenguaje contando una historia divertida y contemporánea, emotiva hasta las risas. Porque la pandemia fue global es que fue un año duro para el cine. La ventana de estrenos de EEUU, sin embargo, dejó que se asome una película con aire de obra maestra, de clásico indiscutible. Licorice Pizza (Paul Thomas Anderson, Prime Video) da la sensación de que una historia de romance disfuncional, que disfraza un mensaje sobre el arte y el artista, tiene el potencial de ser esa película de culto en el futuro. Sean innovadores y vayan a verla. Lo que sí permitió la Pandemia fue el crecimiento de propuestas en las plataformas: Netflix siempre subió sketches u obras unipersonales de humor. Bo Burnham es un referente en esto y Inside, su especial pandémico es un relato crudo y durísimo de la realidad que vivimos gracias al COVID. El encierro, las redes sociales, los miedos, las paranoias, los personajes y las vivencias personales con las cuales muchos se sentirán identificados. Un relato personal cargado de sufrimiento con un ojo muy crítico y cómico. Veanlo, es un pantallazo al 2020. Como el video de Guille Aquino conviviendo con todos los guilles que se presentan.
La segunda década del siglo empezó con el deslumbre de un nuevo año. No tardó mucho en irse todo por la borda y lo impensable hacerse posible y real. Nunca pensamos en estar encerrados, en estar al borde. Los cines tampoco y su solución estaba servida: tiren todo a las plataformas. El cien qué éxito se vio por ahí y, en muchos casos para bien. Netflix estrenó de repente una película argentina que nadie tenía en vista. Pocos conocemos La Frecuencia Kirlian, serie de animación argentina que funcionó como anticipo de tono y arte a Historia de Lo Oculto, película de terror independiente que me voló la cabeza. Necesito más de Cristian Ponce. Por otro lado, cuando uno busca las mejores películas animadas de la historia, busqueda que hice muchas veces como buen fanatico de ese lenguaje (¿haré una lista parecida para otro newsletter?), siempre aparece un autor: Tomm Moore. Australiano que en el 2020 estrenó su tercer película: Wolfwalkers (Apple TV). Película animada de descomunal trabajo artístico y representante de una cultura cargada de simbología y misticismo, representada a la perfección por un artista que busca en esas fuentes mitológicas historias hermosas para contar. Recomendada para quien disfrute de la animación. Para terminar me parece coherente con el año recomendar dos comedias. Por un lado la fantasía más ridícula y chistosa de Palm Springs (Max Barbakow, Disney+), una reformulación de los viajes en el tiempo y de las comedias románticas. Por otro lado Shiva Baby (Emma Seligman, MUBI) una obra mucho más personal, más independiente, cargada de un humor que amo y que encuentro similar al de Fleabag. Película chica, corta, intensa, muy recomendable, entre la risa y la incomodidad real.
Conclusión: “What a década, hug?, Captain, vamos recién por la mitad”
Con Pandemia o sin, en plataformas o pantalla gigante, los 5 años recientemente transcurridos han cargado de cine mi vida, su vida, nuestra vida. Muchisimas han quedado afuera pero entre series, especiales de comedia y películas tenemos más de 20 títulos para repasar y disfrutar. Después de todo estamos acá para recomendar y compartir. Después de todo, eso es el Cine.